La meditación sentada es el momento de estar en calma, quieto. Es el momento en el q podemos parar y estar en nuestro cuerpo. Podemos sentirnos felices.
La meditación sentada es un tiempo reservado para nosotros mismos: es “mi tiempo”. Cuando nuestro cuerpo deja de moverse, le da a nuestra mente una oportunidad de calmarse también.

Al practicar meditación sentada queremos unir cuerpo y mente. Este deseo de sentir nuestro cuerpo, de estar en nuestro cuerpo, de comprender nuestro cuerpo, de aceptar plenamente nuestro cuerpo y de sanarlo, es un acto de amor.
https://fbcdn-sphotos-g-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash3/p480x480/75929_308323279273041_912140736_n.jpg” />

Se necesita determinación para establecerse en nuestro cuerpo y tomar conciencia de este mundo q está dentro de nosotros. Cuando nuestro cuerpo está a gusto y cómodo, no se necesita hacer ningún esfuerzo para sentarse como una montaña, sentarse con solidez y libertad. Pero creo q todos sabemos q cuando estamos tristes o tenemos emociones fuertes, ya sean agradables o desagradables, permanecer quieto se convierte en un reto. Lo q nos permite ser capaces de estar quietos y tranquilos es seguir nuestra respiración. Este ejercicio de ser conscientes de nuestra inspiración y espiración hace q la luz de la conciencia brille sobre estas emociones fuertes.

Cuando comprendemos algo o queremos comprender algo, nos es mucho más fácil estar presentes para ello, de manera incondicional.

Una vez q nos hemos hecho amigos de nuestro cuerpo, es más fácil y tenemos más confianza para hacernos amigos de nuestra mente.

Sentarse para relajarse, disfrutar y comprender:

A medida q nuestra práctica se hace más profunda, la meditación sentada puede llegar a ser como sentarse y tomar una taza de té con un viejo y querido amigo. Tan solo estás sentado, disfrutando de la compañía de tu amigo, escuchando de todo corazón, sin juicios ni críticas. Solo estás ahí para comprender, así q puedes estar plenamente presente para tu amigo.

Ocurre lo mismo en la meditación sentada cuando llegamos a conocer nuestro cuerpo y mente. Queremos sentarnos para poder comprender y saber cómo vivir nuestra vida de forma más plena y feliz, sin remordimientos.

Estamos sentados con nuestro mejor amigo, la respiración, y nos sentimos seguros y dichosos de tener a alguien tan fiel a nuestro lado. No tenemos q tener miedo de “no ser suficiente”, porque nos comprendemos a nosotros mismos, nuestros límites y nuestro potencial. Sabemos q tenemos debilidades, pero sabemos q nuestro fiel amigo estará a nuestro lado y arrojará luz sobre estas áreas cuando sea necesario a lo largo de nuestra vida, así q podemos tomarlo con calma.

Esta toma de conciencia de “ser suficiente” es una gran visión q sólo puede venir cuando nos detenemos y cuidamos de nosotros mismos, sin dejar q nos arrastre la corriente de la sociedad. Aprendemos a vivir con sabiduría desde nuestra comprensión y deseo de amar la vida.