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Drogas y Espiritu

LAS DROGAS Y SUS CONSECUENCIAS ESPIRITUALES

Dr. Fabio Alberto Navas   

Uno de los problemas más graves de la sociedad humana, en la actualidad, es el consumo indiscriminado, y cada vez más creciente, de las drogas, por parte no sólo de los adultos, sino también de los jóvenes y lamentablemente, de los niños, principalmente en los centros urbanos de las grandes ciudades.

La situación es tan preocupante que científicos de varias partes del Planeta, reunidos, llegaron a la siguiente conclusión: «Los drogadictos de hoy pueden no sólo estar poniendo en peligro su propio cuerpo y mente, sino estar haciendo una especie de ruleta genética, al proyectar sombras sobre sus hijos, y nietos aún no nacidos.»

Delante de tal flagelo y de sus terribles consecuencias, no puede el Espiritismo, Doctrina comprometida con el crecimiento íntegral de la criatura humana en su dimensión espíritu-materia, dejar de asociarse con aquellos segmentos de la sociedad que trabajan por la preservación de la vida y de sus ideas superiores, en sus esfuerzos de erradicación de tan terrible amenaza.

El efecto destructores de las drogas es tan intenso que extrapola los límites del organismo físico de la criatura humana, alcanzando y comprometiendo, sustancialmente el equilibrio y la propia salud de su cuerpo espiritual.  Tal situación, sumada a aquellas de naturaleza fisiológica, psíquica y espiritual, principalmente las relacionadas con sus vinculaciones a entidades desencarnadas en desequilibrio, responden, indudablemente, por los sufrimientos, enfermedades y desajustes emocionales y sociales a las que vemos sometidos a los viciosos.

En instantes tan preocupantes de la caminata evolutiva del ser humano en nuestro planeta, cabe a nosotros, espíritas, no sólo difundir las informaciones antidrogas que nos llegan del plano espiritual benefactor que nos asiste, sino también concentrar esfuerzos en combatir las drogas, en su aspecto preventivo y en la asistencia a los ya sufridos por el mal. 

ACCIÓN DE LAS DROGAS EN EL ESPIRITU:

 

Nos revela la ciencia médica que la droga, al penetrar en el organismo físico del viciado, ataca el aparato circulatorio, la sangre, el sistema respiratorio, el cerebro y las células, principalmente las neuronas.

En la obra «Misioneros de la Luz» de André Luis a través de la sicografía del medium Brasilero Fransisco Cándido Xavier, leemos:  «El cuerpo periespiritual  que dá forma a los elementos celulares, está fuertemente radicado en la sangre.  La sangre es elemento básico de equilibrio del cuerpo periespiritual.  En «Evolución en dos mundos», el mismo autor revela que las neuronas guardan relación íntima con el periespíritu.

Comparando las informaciones de esas obras con las de la ciencia médica, se concluye que la agresión de las drogas a la sangre y las células neuronales tambien se refleja en las regiones del cuerpo periespiritual, en forma de lesiones y deformaciones considerables que en algunos casos, pueden llegar hasta comprometer la propia apariencia humana del periespíritu.   

LA ACCION DE LOS ESPIRITUS INFERIORES JUNTO AL DROGADICTO:

La acción puede ser percibida a traves de las alteraiones en el comportamiento del viciado, de los daños adicionales a su organismo periespiritual, ya tan agredido por las drogas, y de las consecuencias futuras y penosas que experimentará cuando esté en la condición de espíritu desencarnado, vinculado a regiones espirituales inferiores.

Sabemos que después de desencarnado el espíritu guarda, por cierto tiempo, que puede ser largo o corto, sus condicionamientos, tendencias y vicios de encarnado.  El espíritu de un viciado, por ejemplo en fase de dependencia al que se haya sometido, en el otro lado de la vida, siente el deseo y la necesidad de consumir droga.  Solamante la forma de satisfacer su deseo es lo que varía, ya que la condición de desencarnado no le permite proceder como cuando en la vida de encarnado.  Como el espíritu precisa vincularse a la mente de un viciado, inicialmente transmitiéndole sus deseos de consumo de drogas, posteriormente, para saciar su necesidad, valiéndose para tal efecto, del recurso de la vampirización de la emanaciones tóxicas impreganadas en el periespíritu del viciado, o de la inhalación de esas mismas emanaciones cuando la droga está siendo consumida.

Esta sobrecarga mental, inadecuada, afecta tan seriamente el cerebro, a punto de tener sus funciones alteradas, con la consecuente disminución en el rendimiento físico, intelectual y emocional del viciado.

Según Emmanuel (guía espiritual de Chico Xavier):  «El enfermo, al alimentar el vicio de esas entidades que se le unen, para usufructuar de esas misma inhalaciones embriagantes, a través de un proceso de simbiosis en niveles vibratorios, recoge en su perjuicio las impregnaciones fluídicas maléficas de aquellas, tornándose enfermizo, triste, grosero, infeliz, preso a la voluntad de entidades inferiores, sin el dominio de la conciencia de sus verdaderos deseos.» 

CONTRIBUCIÓN DEL CENTRO ESPIRITA EN EL TRABAJO ANTIDROGAS DESENVUELTO POR LOS BENEFACTORES ESPIRITUALES:

La casa Espírita, como puesto de socorro espiritual mucho puede contribuir con los espíritus superiores, en el trabajo de prevención y auxilio a las víctimas de las drogas en los dos lados de la vida.

Con certeza esa contribución pudiera ocurrir a través de medidas que, en el día a día de la institución se dieran:

  • Un incentivo cada más constante de actividades de evangelización de los niños y jóvenes.

  • Estimular sus frecuentadores, en particular a la familia del viciado en tratamiento, a la práctica del Evangelio en el Hogar.  Esas pequeñas reuniones, cuando son realizadas con el debido recogimiento y sinceridad de propósitos, son fuentes sublimes de socorro a las entidades sufrientes, al igual que ayuda a estrechar los lazos familiares afectivos, lo que estimulará al drogadicto a preservar su propósito de liberarse de las drogas o dar el primer paso en ese sentido.

  • Preparar debidamente su cuerpo mediúmnico para el sublime ejercicio de la mediumnidad con Jesús, condición esencial en el socorro de las víctimas de las drogas, inclusive las desencarnadas.

  • En el diálogo fraterno con el enfermo y sus familiares, les sean colocados a su disposición los recursos del tratamiento espiritual:  pase, desobsesión, agua fluidificada y reforma íntima.

  • Crear en el trabajo asistencial de la casa espírita, una actividad que enseñe el diálogo, la orientación, el acompañamiento y el esclarecimiento, como fundamentación doctrinaria, al viciado y sus familiares.

(Este artículo fue originalmente publicado en el website www.espiritismocolombiano.com)


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